Han pasado muchos años desde que esta mujer de mediana edad prometió no perder nunca la esperanza en su trabajo. Ahora tiene miedo de no servir de utilidad; de haberse quedado desfasada a pesar del esfuerzo y la lucha contínua por la renovación. Se siente sin fuerzas: el mundo de la educación ha experimentado cambios que nunca hubiera imaginado. Triste y desorientada, echa de menos el espíritu revolucionario que tenía entonces. Ahora sus alumnos tienen el poder del proceso de enseñanza- aprendizaje: sienten que su profesora no puede aportarles nada nuevo, porque de lo nuevo son ahora ellos dueños. Han perdido la habilidad de la escucha; consideran a sus mayores tradicionales e innecesarios para los tiempos que corren. Pero como todo joven, ellos también se encuentran desorientados. Algún día, estos jóvenes sentirán la fragilidad del avance, viéndose obligados a asumir que lo hoy se considera nuevo mañana se convertirá en tradición.
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Esto es como la vejez, todos debemos pasar por ahí, pero hay que mirarlo desde otro lado, y es que los más pequeños también pueden enseñar a los más peques, ¿qué consejo le darías tú a esa desamparada mujer? (Vane)
ResponderEliminarEl mismo que les daría a sus alumnos: el simple hecho de no angustiarse cuando descubran que, al fin y al cabo, todos somos producto de una tradición. (Verónica)
ResponderEliminarBueno, Verónica, puede que sea así; lo más importante es que no lo sabemos con certeza y eso es lo que tiene que hacer que amemos más y más nuestra profesión. No sabemos lo que pasará mañana. Pienso que hay que vivir el presente y saber manejar las nuevas tecnologías para que estas no nos manejen a nosotros:-) besets.
ResponderEliminarCarpe diem... tempus fugit!!! Tenemos que aprovechar cada momento de nuestra vida y saber adaptarnos a cada situación para poder disfrutar de aprender de todo. Yo creo que es fundamental para nuestro trabajo llevar siempre una sonrisa en la cara y saber cómo contagiarla a nuestros alumnos.
ResponderEliminarContra el optimismo no hay vacunas, así que ánimo, no os rindáis, que la interacción y el aprendizaje mutuo entre alumnado-profesorado siempre estarán ahí. En secundaria seguiréis siendo modelos y fuentes de saber y conocimiento para vuestra clase. Otra cosa, será la universidad...
ResponderEliminarQue seria te pones, chica, tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, el profe les lleva unos años de ventaja y esta experiencia es la que debe aprovechar. Estarías de bajón porque tú no eres así... Saludos
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