He de reconocer que con anterioridad a la lectura de esta obra (El misterio Velázquez) no conocía a Eliacer Cansino Macías, pero gracias a la asignatura de Formación del lector literario, hemos podido conocer y recordar bastantes autores y obras en materia de LIJ.
Muchas veces antes de leer una obra preguntamos a nuestros amigos, conocidos, o gente no tan conocida a través de Internet para que nos den su opinión sobre un determinado libro, y si nos preocupamos un poco más, buscamos alguna reseña que nos ayude a saber más sobre él para decidirnos a leerlo o no. Pero no siempre ocurre así, a veces para leer un libro, no hacemos ni una cosa ni la otra, nos basta con el título o la portada para que nos sumerjamos en la historia. En mi caso me pasó algo parecido, lo que me empujó a escoger este libro para leerlo, entre la lista que nos entregaron en la asignatura, fue el título, donde la palabra misterio me pareció que escondía bastante misterio, y así fue. Este misterio no lo vemos reflejado al principio de la obra, sino que hay que esperarse un poquito hasta que el protagonista, el italiano enano Nicolasillo Pertusato, conoce al pintor Velázquez cuando éste está concentrado en la composición de su gran obra de arte “Las Meninas”, en la que interviene un personaje oscuro y enigmático. Se podría decir que hay una gran relación entre el título de la obra y el contenido del libro, ya que el autor nos explica, de alguna manera, el secreto de la Cruz de Santiago que Velásquez lleva en el cuadro anteriormente mencionado. Como es habitual, la novela sigue la misma estructura tradicional, con un planteamiento de la situación general, lo cual se desarrolla en los tres primeros capítulos aproximadamente; a continuación nos encontramos
con la parte más larga que es la del nudo o nudos (su charla con Nerval para el desarrollo del cuadro, su conflicto con el Conde de Aguilar, la muerte de Velázquez, etc…); para acabar finalmente con el desenlace, donde se aclaran todos los problemas planteados, y así mismo, se descubre el misterio. Si nos fijamos en la técnica narrativa, cabe advertir que ésta es lineal. A pesar de que la historia se narra desde un futuro, no hay ni retrocesos al pasado ni una forma de narración circular. Es lineal.
El estilo del autor en esta obra es muy preciso, donde el autor se ajusta perfectamente a la época y a la persona que describe y redacta. Todo ello, lo consigue con una narración de los hechos de manera intrigante.
Ahora bien, posicionándonos como profesores de secundaria, he de señalar que si tuviéramos que recomendar este libro a un determinado nivel en secundaria o bachillerato, yo lo propondría para un primero o segundo de bachillerato, simplemente porque creo que podrían poseer un intertexto más amplio, quizás podrían conocer más sobre la época tratada, sobre Velásquez a través de Historia del Arte, etc. Además de que el lenguaje es un bastante más elaborado y no tan natural. En definitiva, en bachillerato quizás podrían haber más alumnos que les guste la literatura histórica, podríamos hacer que disfruten de la obra y no conseguir el efecto contrario. Si se la proponemos a alumnos más pequeños, a lo mejor podrían no apreciar tanto este tipo de literatura y conseguimos que aborrezcan leer en lugar de disfrutarlo.
Dicho todo esto, voy a apuntar que la presente novela ha obtenido el Premio Lazarillo en el año 1997, lo cual dice mucho de ella sin antes haberla leído.
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